La importancia de la formación en el ámbito de las profesiones sanitarias ha gozado siempre de un lugar significativo en el panorama normativo. Ya en su momento, la Ley 4/1986, de 25 de Abril, General de Sanidad, subrayó el destacado papel de la formación en el ámbito del sistema sanitario español manifestando expresamente el compromiso de las administraciones sanitarias en este sentido al señalar que toda estructura asistencial debe estar en disposición de ser utilizada para la docencia pregraduada, posgraduada y continuada de los profesionales.
La Ley 16/2003, de 28 de mayo, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, ha venido a subrayar y potenciar el valor de la formación y el desarrollo de la competencia técnica de los profesionales que deben orientarse a la mejora de la calidad del Sistema Nacional de Salud, siendo así que, para ello, se hace necesaria la colaboración permanente entre las administraciones públicas competentes y el resto de los agentes implicados, la plena disposición del sistema sanitario, en nuestro caso concreto de las Áreas de Gestión Sanitaria Campo de Gibraltar Este y Oeste en su conjunto de los centros que lo conforman, para la formación pregrado, postgrado y continuada de los profesionales, la revisión permanente de las enseñanzas y de la metodología educativa, así como la actualización permanente de conocimientos orientada a la mejora de la calidad del proceso asistencial y garantizar la seguridad del usuario.
De igual modo, la Ley 44/2003 de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, ha dedicado especial atención a la formación en sus diferentes ámbitos, contemplando la formación pregraduada, como la especializada y con el carácter de innovación normativa de singular relevancia a la formación continuada.
Tal como indica la propia Ley en su exposición de motivos, la exigencia de esta última, con carácter general con efectos en el reconocimiento del desarrollo profesional, consolidación, calidad y cohesión de nuestro sistema sanitario.
La Ley 55/2003 de 16 de noviembre, del Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud, presta especial atención a la formación como herramienta necesaria para la cualificación de los profesionales que forman parte del Sistema Sanitario Público. Todo ello encaminado a la consecución de los objetivos de excelencia en la asistencia sanitaria de los ciudadanos.
En Andalucía, la ley 2/1998 de 15 de junio, de Salud de Andalucía, además de subrayar la disposición de la estructura asistencial del Sistema Sanitario Público de Andalucía, para la formación graduada, postgraduada y continuada de los profesionales sanitarios, señala el compromiso de la administración pública con la formación de los profesionales de la salud a fin de conseguir una mejor adecuación a las necesidades del SSPA, así como se encomienda a la Consejería de Salud y Familias el establecimiento de directrices generales y criterios de actuación, y la coordinación de los aspectos generales de la ordenación profesional, de la docencia e investigación sanitarias en Andalucía, en el marco de sus propias competencias.
En este sentido es necesario a niveles locales las Unidades de Investigación, Docencia, Formación y Calidad, que estructure y coordine los tres subprocesos- etapas del proceso formativo, para articular los diferentes Procesos Estratégicos, Operativos y de Soporte, que marca el Plan Estratégico de Formación Integral del Sistema Sanitario Público de Andalucía.
Actualmente también en el Decreto 193/2008, de 6 de mayo, por el que se establece la estructura básica de la Consejería de Salud y del Servicio Andaluz de Salud, se señala como función de la Secretaría General de Calidad el análisis de las necesidades y planificación estratégica de las políticas de formación, desarrollo profesional y acreditación de profesionales en el Sistema Sanitario Público Andaluz y centros concertados, articulando las necesarias estructuras organizativas y de gestión necesarias en los diferentes centros del Sistema.
La Unidad de Investigación, Docencia, Formación y Calidad tendrá una filosofía de organización y trabajo en todas sus áreas de competencias de la cartera de servicios establecida, como establece el IV Plan de Calidad del Sistema Sanitario Público de Andalucía, en un modelo de desarrollo profesional que siente las bases en las que se articule una nueva estrategia de gestión de los recursos humanos, de las personas de la organización.
En las personas, en los profesionales reside la capacidad de mejora y de cambio de la organización, por tanto la estrategia de nuestra Unidad, debe de ser absolutamente coherente con los objetivos de la organización y con los valores que mueven el sistema sanitario público de Andalucía, para el que el ciudadano es el eje entorno al cual se desarrolla y evoluciona.
Este modelo de desarrollo profesional se basa en la gestión por competencias.
La gestión por competencias supone un cambio cultural de gran calado para la organización que persigue la coherencia entre las necesidades del sistema y su relación con los profesionales y será la base que nos permita caminar hacia la excelencia en los profesionales.
La mejor respuesta posible a las necesidades de salud del ciudadano y en un marco de equidad.
El modelo de gestión por competencias debe ser el elemento integrador de la estrategia de gestión de las personas de la organización y la estrategia de gestión del conocimiento que esta despliega para la generación, transmisión e incorporación de conocimiento, intercambio de conocimiento entre grupos de intereses, intercambio de conocimiento con el ciudadano, promoción de la investigación, etc.
Todo este movimiento debe de realizarse con profesionales con competencias adecuadas no sólo en relación a conocimientos sino muy especialmente a habilidades y sobre todo a actitudes. Actitudes que se despliegan en las personas motivadas que desarrollan estrategias para un desarrollo profesional atractivo, sugerente y satisfactorio.
El Plan de Formación de la Unidad de Investigación, Docencia, Formación y Calidad, debe constituirse como el tercer gran pilar que sustente el desarrollo de este modelo de Gestión por Competencias del SSPA junto con la acreditación de profesionales y la carrera profesional.
La gestión por competencias la entendemos como un macroproceso por el que se persigue el desarrollo y mantenimiento de profesionales excelentes como factor esencial para la mejora continua y la excelencia en el cumplimiento de los fines del Servicio Sanitario Público y como factor clave para la generación, transmisión e incorporación de conocimiento en la organización.
En él se identifican tres procesos, tres ejes fundamentales y complementarios, que consideramos clave:
Estos tres procesos clave necesitan del desarrollo de elementos estratégicos coherentes con los conceptos y la metodología de trabajo desarrollada.
De modo muy especial, esta necesidad se hace particularmente patente la política de alianzas con el equipo directivo y mandos intermedios de los centros de las Áreas Sanitarias Campo de Gibraltar Este y Oeste.
De igual modo estos procesos clave requieren de la concurrencia simultánea del desarrollo de otros que hemos llamado de soporte o instrumentales, que sean comunes y estandarizados para ser usados homogéneamente por los centros de ambas Áreas , tales como los mapas de competencias, catálogo de recursos docentes, herramientas docentes según competencias, las herramientas de evaluación de competencias, los planes individuales de formación, etc.
La Unidad de IDFyC debe suponer, por tanto, la respuesta necesaria para desarrollar el modelo del Plan Estratégico de Formación Integral del S.S.P.A., basado de un análisis previo de las necesidades existentes en este ámbito para todas las etapas, tanto en el periodo de formación de grado y especialización de los futuros profesionales hasta la importancia de la Formación Continuada, que permite actualizar y perfeccionar el desempeño diario de nuestros profesionales en activo.
Así mismo, la Unidad debe estar basada en una metodología de trabajo que dirija sus esfuerzos hacia la excelencia profesional y hacia la calidad de la asistencia, a saber, la gestión clínica y la necesaria integración en un equipo de trabajo interdisciplinar, o la gestión por competencias, en su triple vertiente de adquisición específica de conocimientos, habilidades, actitudes.
Por otra parte la Unidad, continuando con la propuesta metodológica, debe incorporar tecnologías de la información y la comunicación atractivas y eficaces, así como una herramienta necesaria por parte de nuestra Área Sanitaria, como son las Tecnologías TICs, de modo que diversifica y facilita el aprendizaje de los profesionales a los que concede un papel activo en su proceso formativo.
Debe reunir los siguientes requisitos para que alcance los objetivos planteados con la mayor eficacia y eficiencia: